Nadie pierde nada por dar amo

By 2 mayo 2019 enero 8th, 2021 QualityBlog

Aquí estaba ella. Conteniendo el papel de chica «perfecta», responsable, madura, activa, inteligente, ejemplo a seguir… Y todo lo bueno que te puedas imaginar.

Aquí estaba ella. Hija, hermana mayor, nieta, amiga, confidente, sobrina, alumna… Todas eran ella.

Incondicional en cada uno de sus pensamientos, en cada una de sus palabras, en cada uno de sus gestos e incluso en cada uno de sus actos. Siempre desde el respecto, la tolerancia, la autoexigencia y la empatía. Así era ella.

«Contenida, vulnerable, frágil, valiente y sobretodo con una idea fija: Encontrarse»

Conteniendo la nada. Sí. Contenida, vulnerable, frágil, valiente y sobretodo con una idea fija: Encontrarse. Ahora eleva la mirada ante el espejo y con los ojos llorosos explora entre sus lágrimas. Lo hace hasta encontrar este pequeño ápice de luz que le roba la primera sonrisa. Esta es la sonrisa que anhelaba desde hacía años.

No está sola. Ahora ella lo sabe. Ha compartido su legado el seu llegat. Ya dispuesta a dejarlo ir:

  • Cerremos los ojos, juntas.
  • Cada una en su casa.
  • Cada noche, un espejo.
  • Cada mirada, una lágrima.
  • Cada toque de luz, una oportunidad.
  • Cerremos los ojos juntas, para adelantar.

Aquí estamos. Una al lado de otra. Respetando espacios y tiempos.

Porque nadie pierde nada por dar amor.

Abres los brazos. Sientes el latido del corazón y lo dejas fluir. Ya sabes qué tiene que hacer. Quizá somos nosotros, nuestra mente, que queremos racionalizar todo aquello que quizá no comprendemos. No todo son palabras.

Más allá de la intención se esconde la incondicionalidad de querer. Esta es la parte más maravillosa del ser humano.

A menudo podemos retirarnos a tiempo o quizá hacer un adiós valiente. Pero ahora no.

Ahora, quiérete.

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