Mirarse al espejo

By 5 junio 2019 enero 7th, 2021 QualityBlog

En ocasiones, mirarse al espejo se transforma en rutina. Olvidas que esa persona que está allí eres tu. Y lo peor de todo, la ignoras en su propia cara. Te lavas, te peinas… ¿Para qué? ¿Para quién? Si eres incapaz de parar el tiempo unos segundos cada día para observarte, saber cómo te encuentras, qué necesitas. Regalarte una sonrisa sincera y empezar el día mimándote un poco, queriéndote en silencio y respetando tu esencia.

«Eres incapaz de parar el tiempo unos segundos cada día para observarte, saber cómo te encuentras, qué necesitas…»

¡Qué complicado ha sido que te des cuenta! Cuántas personas te habrán dicho cuánto vales, lo importante que eres para tu familia y amigos. ¿Para qué? Si tu eres la primera persona que no te das apoyo, que te insultas, que te maltratas, que te pones etiquetas. Incluso te odias por momentos sin saber por qué.

Yo qué quieres que diga. La verdad. Te vi, me acerqué, te pregunté porqué lo hacías y tu respuesta fue un silencio absoluto, una sonrisa nerviosa y una lágrima resbalando por tu mejilla.

¿Y ahora qué? No pude evitarlo. Un abrazo sincero era lo mejor que podía hacer. Compartimos llantos, risas, confidencias y muchas vivencias que te habían llevado a este punto.

Infeliz, triste, miedosa, nerviosa, frágil… Todo eso se escondía detrñas de una fachada de alegría permanente.

¿Cómo has podido estar encerrada tanto tiempo?

«Búscate, acéptate, quiérete»

Vi una pequeña brecha de luz y no dudé ni un momento en darle el valor que tenía. Olvidé todo el entorno y, como dice ella… «¡Zasca!» Intenté tener cuidado con el tono y las palabras. Pero el mensaje era claro: «Búscate, acéptate, quiérete».

Así empezo su nueva aventura. Y estoy convencida de que en breve vendrá acompañada por ella misma, su mejor versión.

El espejo es nuestro peor enemigo o nuestro mejor aliado. ¡Tu decides!

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